Los tópicos son estructuras prefijadas de las que hacemos uso más veces de las que creemos. Para una pregunta siempre hay una (o varias) respuestas tópicas, una respuesta que libra al sujeto de responder con sinceridad.
Asimismo, no creo que la sinceridad sea tópica. Es difícil encontrar dos sentimientos, ideales o costumbres idénticas. Podríamos contar con el dedo las veces en que respondemos con pura sinceridad.
Por otro lado, los tópicos ordenan el mundo. Es más fácil pensar que entre Barcelona y Madrid hay "mal rollo", que los marroquíes son "poco higiénicos" o que en España no concebimos un día sin siesta. Así es más fácil...
A pesar de esto, no tengo una visión negativa de los tópicos. Aún es más, creo que son necesarios. Cómo podemos describir un paisaje visualmente si no introducimos algún tópico de dicho lugar?
Los tópicos bien utilizados pueden desembocar en productos muy originales. La sesión fotográfica de Penélope Cruz realizada por Leibovitz es un claro ejemplo de la idea a la que quiero llegar: Penélope, prototipo de mujer española, baila al son del canto del Cigala, es toreada por Rivera Ordóñez y es vestida como una elegante sevillana. La sobreexposición de los tópicos españoles hacen de estas fotos, un producto original y de calidad.
La publicidad es otro claro ejemplo de esto. No se si recordarán el anuncio de Renauld en el que, de la mofa de tópicos más insulsos, extraen un anuncio con mucho gancho o el famoso anuncio de Heineken que emiten actualmente y en el que, sin mediar palabra, absorben los tópicos esenciales del hombre y de la mujer dándoles una forma muy personal y atractiva.
Asimismo abogo por los tópicos bien utilizados, por la utilización carismática de los mismos y porque sigan ordenando nuestra mente. Eso sí, de forma no restrictiva. Porque, como todos sabemos, no existe norma sin excepción.